Introducción
En Venezuela Independencia y Constitución se identifican, pues el proceso de independencia, como lo afirma el historiador Tomás Polanco Alcántara, fue ante todo un proceso jurídico.
Con la firma del acta de Independencia el 19 de abril de 1810 se constituye la Junta de Gobierno provisional que, aunque al principio se establece como una Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, en la práctica se convierte en la autora del acta de independencia y en la creadora de una República independiente y libre, a través de una Constitución que la forma y la define.
En el momento de la independencia las constituciones escritas no son una costumbre; solamente existe la de Los Estados Unidos que crea una República Federal, la de Francia que constituye un gobierno parlamentario mientras que en -España invadida por Napoleón- están luchando en Cádiz, por elaborar una constitución que constituya una monarquía parlamentaria.
Por estas circunstancias observamos que los patriotas que forjaron la República a través de la Constitución son pensadores, políticos y juristas de avanzada.
Estimamos equivocado el criterio erróneamente difundido en el que se define a nuestros legisladores como “copistas” de leyes de otros países. Como veremos con más profundidad más adelante -en el Capítulo referente al contenido de la Constitución- nuestra Constitución de 1811 no es copia de la Constitución de Estados Unidos, ni de la de Francia ni de la Cádiz. Es por ello que observando los textos legales contenidos en esa Constitución Federal y en las constituciones provinciales, sostenemos que el Derecho venezolano constituye un aporte importantísimo al Derecho Constitucional.
Observamos también como el Derecho Constitucional, entendido como la sujeción a una norma de rango superior que organiza las actividades del Estado, es producto del Continente Americano ya que la Constitución de los Estados Unidos es la primera en el mundo y la de Venezuela la primera escrita en idioma español.
El contexto histórico en que se inscribe este proceso de génesis constitucional, reviste particular importancia por cuanto constituye la etapa de la independencia de Venezuela, el pase de una forma de gobierno a otra, de Monarquía a República y que lejos de continuar con el sistema de gobierno que llevaban los españoles, viene a ser la construcción política de un grupo de venezolanos que inspirados en los sucesos internacionales, “fabrican” una República. Recordamos la influencia de la Declaración de Derechos en Francia y la Constitución de los Estados Unidos en los venezolanos para optar por la independencia a través del Derecho antes que la violencia.
Los venezolanos de entonces, se encontraban imbuidos en las ideas de libertad, y a esto se suman las precarias circunstancias políticas de España, que al igual que el resto de Europa se encontraba con gravísimos problemas: Napoleón invadía Europa y fortalecía su imperio. Por ello podemos aducir con el historiador Polanco Alcántara que “el proceso de la Independencia no fue un fenómeno aislado en la Capitanía General de Venezuela sino que debe verse como una pieza en el momento político europeo y americano” .
II
Antecedentes históricos
1. Capitanía General de Venezuela
Se calcula que la población de Venezuela, para ese entonces, estaría entre los ochocientos mil y el millón de habitantes; con una composición social mixta, determinada por los historiadores en castas y clases sociales sin determinar criterios étnicos. Esta determinación dificulta hacer una definición precisa de la población y lo que sabemos es que estaba constituida por cuatro grupos relativamente homogéneos: (i) Los blancos (españoles y criollos), (ii) el de los negros (esclavos y libres), (iii) el de los indios y (iv) un grupo heterogéneo producto de las diversas y sucesivas combinaciones de los tres anteriores.
Interesa a nuestro estudio repasar la configuración geopolítica de Venezuela antes de la Independencia con el fin de profundizar en la incidencia de la Carta Magna como iniciadora (fuente y matriz) de una República Federal y como transformadora de las instituciones ya existentes. En este sentido revisaremos la creación de la Capitanía General.
El Rey Carlos III de España (1759-1788), es uno de los típicos exponentes de la corriente ideológica de la ilustración y su reinado es plenamente reformista desde el punto de vista geopolítico. Sus reformas fueron dirigidas hacia el reparto de las tierras comunales, la división de los latifundios, los recortes de privilegios, la protección a la industria privada, la liberación del comercio y de las aduanas, además otorgó poder político a la burguesía favoreciendo sus intereses.
Dentro de este contexto y con el objeto facilitar las decisiones de su gobierno, Carlos III decide separar a las provincias de Guayana, Maracaibo, Cumaná, Margarita y Trinidad del Virreinato y Capitanía General del Nuevo Reino de Granada y, por Cédula Real del 8 de septiembre de 1777 decide agregar dichas provincias a la Capitanía General de Venezuela. “Hasta ahora no existe publicado documento alguno que fije la época en que fue erigida por el Gobierno de España la Capitanía General de Venezuela; pero de los datos históricos conocidos y publicados (…) no es aventurado fijar la creación de la Capitanía General en 1731, porque aunque no existe publicado, ni en los archivos registrado por los historiadores, el documento que las establezca, las citas hechas así lo autorizan, y luego lo ratifican las reales cédulas de 12 de febrero de 1742 y de 8 de septiembre de 1777 que segregaron al Virreinato de Santa Fé, en absoluto y para siempre, las provincias de Venezuela, Cumaná, Guayana y Maracaibo y las islas de Margarita y Trinidad, agregándolas en lo gubernativo y militar a la Capitanía General de Venezuela”.
La Capitanía General es un término utilizado desde el siglo XIV con el que se designa el mando de las fuerzas armadas y como capitán o Capitán a guerra, quien lo ejerce.
Luego en 1786 se erige la Real Audiencia de Caracas. Es decir que para el momento de la independencia, “las provincias de Venezuela están integradas en una sola jurisdicción militar y de administración de justicia. El Gobernador de la provincia de Venezuela comenzó a ser, además, el Capitán General de las demás islas y provincias anexas, (...) finalmente por Real Cédula de 3 de julio de 1793, se erigió el Real Consulado de Caracas, con su Tribunal y jurisdicción en toda la Capitanía General de Venezuela, en los asuntos mercantiles(..) y para finales de 1810 el territorio de Venezuela estaba integrado por las siguientes nueve provincias: Margarita, Caracas (Coro pertenecía Caracas), Cumaná, Guayana, Maracaibo, Barinas, Barcelona, Mérida y Trujillo ” . Sin embargo, opiniones diversas giran alrededor de la anterior afirmación, pues Graciela Soriano en su obra Venezuela 1810-1830 señala que “la realidad administrativa de 1810 tenía apenas treinta y tantos años de haber iniciado su existencia formal, lo que dado el ritmo histórico de aquellos tiempos, parecía todavía muy poco para que dichas provincias se considerasen efectivamente integradas –dada su relativa incomunicación- en una Venezuela en la que ni siquiera se conocía con certeza los propios confines del país. Se había incoado con ello, sin embargo un proceso luego jalonado por creaciones institucionales complementarias (Real audiencia 1786; y Real Consulado, 1793). La creación de la Capitanía General de la Provincia de Caracas (o Venezuela) se le reconocía el carácter de Capitán General para todas las provincias (Caracas, Maracaibo, Barinas, Cumaná, Margarita y Trinidad), las cuales a su vez conservaban su respectivo gobernador y Capitán General en el cual se reunían el gobierno administrativo, civil y el militar. En consecuencia la Capitanía General de Venezuela no vinculaba efectivamente a la totalidad de las administración de la provincias afectadas por ella, ni a sus respectivas poblaciones, sino solo a las doce o trece mil personas que jerarquizadas en las tropas veteranas regulares y en los cuerpos de milicia, estaban comprometidas en la débil defensa que podía ofrecer entonces el país. Por lo tanto las facultades del Capitán General en cuanto tal, eran mucho menos importantes en tiempos de paz de lo que siempre se ha tendido a suponer. Desde esta perspectiva, el 19 de abril de 1810 cobra, evidentemente, otra significación”.
Nos hemos permitido la amplitud de la cita por parecernos importante para ubicarnos en el significado social y político de la Capitanía General. Sin embargo, a pesar de lo contenido de esta cita, entendemos que el proceso de independencia de 1811, expresado en la Constitución Federal, viene a establecer una República en el territorio que ya estaba constituido por la Capitanía General de Venezuela establecida en 1777. “El 8 de septiembre de 1777 es como el ante diem del 19 de abril de 1810. Sin la integración política de aquel año, la uniformidad del movimiento autonómico del año 10 hubiera sido irrealizable y el uti posidetis juris habría sido alterado profundamente nuestras líneas fronterizas”.
2. Otros movimientos revolucionarios previos a la Independencia
Con el objeto progresar en nuestra idea sostenida en la presente tesis, en la que Independencia y Derecho, libertad y Constitución se identifican en Venezuela, nos ha parecido oportuno destacar los movimientos revolucionarios previos a la independencia, en donde queremos resaltar dos elementos: el primero consiste en que las ideas de independencia están hirviendo en Venezuela desde 1797, y la segunda en que estos movimientos revolucionarios no se fundamentaron principalmente en el Derecho como elemento para perfeccionar la libertad.
a) La conspiración de Gual y España (1797)
Este movimiento revolucionario, capitaneado por los guaireños Manuel Gual, José María España y Francisco Zinza y los Ricos Montesinos, estaba fundamentado en ideas republicanas inspiradas en la Revolución Francesa. Nuestros líderes estaban influenciados por el español Juan Bautista Picornell , quien “…había organizado en la capital de España un golpe de Estado que tenía como propósito derrocar el régimen monárquico e instaurar una República al estilo de la francesa”.
De acuerdo a los testimonios de sus amigos, Manuel Gual era un hombre culto, conocedor de los idiomas inglés y francés; y se le atribuye la elaboración de los proyectos revolucionarios y de la bandera que utilizarían para la rebelión.
“El 13 de julio de 1797 descubrió la autoridad de Caracas un proyecto de revolución que había de estallar allí en el siguiente mes de enero” , por ello la conspiración fracasó y los comprometidos en el plan revolucionario fueron capturados y sentenciados, algunos a la muerte de horca, otros a presidio y otros fueron deportados.
Manuel Gual logra huir y se traslada a Curazao, donde mantenía vivo su empeño y afán de libertad. Cruzaba correspondencia con Francisco de Miranda, quien desde Londres le envió varios ejemplares de la “Carta a los españoles americanos de Juan Pablo Viscardo” para que la hiciera circular, a la vez que lo previene respecto a la sinceridad del gobernador inglés Picton.
A pesar de su fracaso, este movimiento deja textos que tuvieron influencia en el pensamiento de los venezolanos de la época tales como: a) Ordenanzas, que son provisiones doctrinales para la acción revolucionaria. b) Alocución “Habitantes de la América Española”, proclama para la insurrección. c) “Canción americana” cantos de exaltación revolucionaria. d) “Los derechos del hombre y del ciudadano”.
b) Conspiración de Francisco de Miranda (1806)
Francisco de Miranda, lo han llamado con acierto el “primer gran criollo de América”, por ser la primera gran conciencia americana hecha presente en los estrados de la historia universal. Dotado de una cultura muy amplia, con experiencia en los campos de guerra de América del Norte y de Francia, este hombre, “hijo primogénito, de quien la madre patria espera el remedio de sus males” , dentro de su inmenso mundo interior pleno de ideas de independencia, decide organizar una expedición a Venezuela para liberarla del dominio español. “Lo que tres siglos callaron, él lo gritó con angustia solemne”.
Su expedición cuenta con el apoyo del Ministro inglés Pitt, y parte desde Nueva York el 2 de febrero de 1806. Con 200 norteamericanos llega a Haití en donde alza la bandera que él había configurado y toma juramento a sus hombres de hacer libre a Hispanoamérica. El 27 de abril se acerca a las playas de Ocumare, sin embargo, esta expedición no tiene éxito y tienen que retirarse bajo el ataque de dos buques españoles llamados “argos y leves”.
Hacemos nuestras las palabras del historiador Mario Briceño Iragorry “nada importa su fracaso de guerrero en los campos de batalla de nuestro continente. Él tiene que pagar a los dioses, con trueque de dolor, el precio de la nueva libertad que buscaba para sus compatriotas. Y lo pagó tanto en carne viva como en el escabullo del espíritu, al ver unidas a la traición de los amigos, las torturas y los vejámenes que le impuso la venganza monstruosa de la España fernandina, que renegaba y destruía para el regreso al despotismo, el espíritu de la liberalidad y de justicia que había inspirado a los políticos doceañistas. Mas, aherrojado de cadenas, su voluntad permaneció firme para la aventura de la libertad.”
c) Conspiración de los mantuanos (1808-1810)
Frente al reinado de José Bonaparte y a imitación de las provincias españolas, los jóvenes caraqueños habían luchado sin éxito en su idea de formar una Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII. El fallecimiento del Gobernador y Capitán General Don Manuel Guevara Vasconcelos, a principios del mes de octubre de 1807, y en pleno ejercicio de su férreo mando, contribuye “de pronto a cambiar la actitud, mas bien medrosa, que sumisa, que habían guardado hasta entonces los habitantes de la ciudad “ . Don Manuel Guevara es sustituido en el mando por el caballero de la Orden de Santiago, Coronel Don Juan de Casas, cuyo carácter y actitud son muy distintos de los de su antecesor; es conocido por ser un hombre de un temple inadecuado para mantener el régimen existente en el momento, en el que se había sembrado pánico, por ser violento en extremo ante cualquier intento de conspiración revolucionaria.
La actitud del Gobernador Casas en el Gobierno era de resignación para seguir el curso de los acontecimientos y al considerársele afrancesado, los mantuanos se valieron de estas circunstancias para poner en marcha la Revolución de Caracas que consistía en reconocer a Fernando VII como soberano de España y en desconocer a José I.
Este sector económico social más poderoso de Caracas, constituido por los mantuanos, se reunía en “los salones de las residencias de los Uztáriz, los Bolívar, los Tovar, los Toro, que sea abrían todas las noches a los visitantes animados de inquietudes políticas nuevas. En ellos solía congregarse, junto con los señores de las grandes casas caraqueñas, el Lic. Miguel José Sanz, don Andrés Bello, Muñoz Tébar, el piamontés Francisco Iznardi; don José Sata y Busy, los hermanos Salías, el Dr. Vicente Tejera, el médico don José Ángel de Álamo, los Ribas, los Palacios, García de Sena y muchos otros, casi todos ellos colocados en posiciones económicas y sociales preponderantes.”
Este movimiento produce su primera explosión el 9 de mayo de 1808, cuando el Ayuntamiento de Caracas se decidió a reconocer a Fernando VII como soberano legítimo de España. El gobernador Casas no está de acuerdo con esta proclamación, pero dos meses más adelante zarpa en la Guaira el Bergantín francés “Le Serpent” comandado por el teniente Paúl de Lemanon quien trae noticias sobre el triunfo de las tropas españolas en la batalla de Bailén, lo que le presiona a pronunciarse en la defensa de los derechos del monarca español, a desconocer a José Bonaparte y a reconocer a Murat como Lugarteniente General del Reino. En este sentido, el movimiento revolucionario tuvo éxito relativo.
A principios de noviembre Fernández de León formuló la idea dirigir a Casas un documento bien redactado, para que las provincias venezolanas pudieran con medidas análogas a las tomadas en España, cooperar a la defensa del Estado. Solamente el Marqués del Toro y José Félix Ribas apoyaron la idea de Fernández de León, sin hallar otras personas que consintiesen suscribirlo. No había unanimidad en los propósitos revolucionarios, “muchos por razones o pretextos diferentes, rehusaron seguir a los promotores de la novedad” .
El documento fue entregado al Capitán General con cuarenta y cinco firmas. “Apenas leída la solicitud de los nobles, en Sala extraordinaria y según escenario preparado por el gobierno (...) (se) decreta el arresto de los firmantes o su confinamiento en determinados lugares no muy lejanos a Caracas. Al Marqués del Toro, al Conde de San Javier y a Fernández de León se les encerró en sus propias casas” . El movimiento no logra la agitación de los mantuanos la creación de la Junta.
3. 19 de abril de 1810
La idea que fundamentaba la conspiración de los mantuanos en 1808, de crear una Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII constituyendo a Venezuela como una provincia más de las provincias de España, sigue estando presente en los Venezolanos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, ésta idea no han podido cristalizarse sino hasta el 19 de abril de 1810 fecha en que logran deponer al Capitán General y constituir una Junta de Gobierno que proclamó la autonomía de la Provincia, bajo el cetro de Fernando VII.
Esto puede lograrse porque los acontecimientos políticos de España que continúa invadida por Napoleón, hacen insostenible la situación y por las condiciones de Vicente de Emparan y Orbe, quien en mayo de 1808 que fue nombrado Gobernador y Capitán General de Venezuela por las autoridades napoleónicas y pasó luego a la España adicta a la Junta de Sevilla y Junta Central Suprema, donde abjuró su afrancesamiento. “El sustituto de Casas era bien conocido en el país. En efecto había sido –después de varios años de servicios en la plaza fuerte de Puerto Cabello- Gobernador de la Provincia de Cumaná desde 1792 hasta 1804. Se le consideraba un gobernante liberal y progresista”.
El mismo 19 de abril el ya existente ayuntamiento tomó las riendas bajo el título de Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII. Sin embargo, en la mente de la mayoría de los promotores de este movimiento, se encuentran ideales de libertad, por lo que los actos del 19 de abril constituyen una vía que conduciría a la declaratoria de la independencia, más allá de una proclama de fidelidad a Fernando VII. Consideramos que en esta fecha se da el origen de lo que más adelante va a constituirse en nuestro primer Congreso Constituyente , en el que se redacta el Acta de la Independencia y la Constitución Federal.
Como hemos expresado, la grave crisis de autoridad y el rechazo a José I, en España llevó a muchas de sus provincias a formar Juntas de Gobierno jurando fidelidad a Fernando VII “el deseado”. De esta manera se constituye en Sevilla una Junta Suprema, que gobernó todo el territorio español no gobernado por los franceses.
Así las cosas en España, llegan a Caracas Fernando Rodríguez del Toro, y su hermano el Marqués del Toro -coronel de milicias de infantería y tío político de Bolívar, teniente de las mismas milicias- Mauricio Ayala, teniente del batallón veterano, Mariano Montilla, ex guardia de corps de la Corte, y algunos regidores de la capital. “Muy jóvenes casi todos, sectarios entusiásticos de las ideas radicales que habían aprendido en viajes y lecturas, propensos por tanto a la rebelión, poco discretos en expresar sus ideas personales, como que su posición social, el nombre ilustre de sus familias y aun el prestigio de los empleos que desempeñaban permitían arrostrar impunemente la ya discutida autoridad del Capitán General, apenas se cuidaban de ocultarse a éste de sus manejos y propósitos subversivos. En el mes de marzo de 1810, convencidos ya de que la Junta Central no podía resistir a la invasión francesa, confabularonse para proclamar la autonomía de la colonia el próximo 1° de abril. Desgraciadamente, el Gobierno les desbarató la trama enseguida, por infidencia de algunos o por indiscreción de todos. Pero el Capitán General, de quien eran amigos personales, se limitó a confinar a algunos a Aragua y Valencia, lenidad que pocos días después debía costarle su caída y expulsión. Los que permanecieron libres en Caracas continuaron en sus manejos, y los confinados, los Toros, los Bolívares, los Montillas, apresuraronse a hacer lo mismo.
El 17 de abril de 1810, llega un buque de España donde se sabe de la toma de Sevilla por los franceses y la disolución de la Junta Central y la creación del Consejo de Regencia el 14 de febrero de ese mismo año. El texto de creación de este Consejo de Regencia expresaba: “Desde este momento españoles americanos, os veis elevados a la dignidad de hombres libres, nuestros destinos no dependen ni de los ministros, ni de los virreyes, ni de los gobernadores: están en vuestras manos”.
El arzobispado de Caracas se hallaba vacante, había muerto el arzobispo Francisco González Ibarra, y su sucesor –Francisco Coll- aún no había llegado. El Presbítero José Ribas, hermano de José Félix Ribas, señala que “la provincia de Venezuela tenía derecho a crear su propia junta de gobierno, así como Galicia, Murcia, Aragón, Sevilla o Cádiz”.
Aunque existía jurídicamente una base para constituir un nuevo gobierno, es decir, la inexistencia de un gobierno legítimo , la disolución de la junta Gubernativa del reino y el cautiverio de Fernando VII, esta pretensión no contaba todavía con todo el apoyo de la clase oligárquica criolla, que era entonces la única fuerza activa nacional. Entendemos que a esto se debió también, en gran parte, el fracaso de las expediciones de Miranda, “que muchos consideraron encaminadas a sustituir una dominación europea con otra, la española con la Inglesa. Efectivamente la única manifestación revolucionaria que se pudiera llamar nacional fue la que promovió la misma clase oligárquica. Para ella, la cuestión de la monarquía o República era aún secundaria. Buscaba ante todo la autonomía de la Colonia, sacudir el yugo secular de los gobernantes peninsulares, formar, en una palabra, Gobierno criollo, asegurando por fin aquel derecho de
Todas estas circunstancias motivaron nueva agitación de los patriotas que convocaron, el 19 de abril de 1810, al Capitán General Emparan en el ayuntamiento. Allí se celebra la sesión en la que se exige la renuncia de las autoridades españolas y se realiza el nombramiento de la Junta Suprema de Caracas. (Emparan fue apresado y embarcado a Filadelfia).
El 18 de abril llegan a Caracas dos comisionados del Consejo de Regencia recién formado en España, para hacer reconocer su autoridad. Por la noche del mismo día, el alcalde de segunda elección, Martín Tovar Ponte (hijo del conde) y el regidor Nicolás Anzola, revolucionarios desde 1808 y complicados en la última conjuración de marzo, convencen al alcalde primero, José de las Llamozas, de la conveniencia de reunir cuanto antes al ayuntamiento para considerar las noticias de España; y en seguida dieron voz a sus amigos para que a primera hora concurriesen, los unos al cabildo y los demás a la Plaza Mayor.
A las siete de la mañana del 19 de abril se reúne el cabildo y convoca a una sesión extraordinaria. A las ocho entraba Emparan en la sala capitular, se le informó que el Ayuntamiento pensaba que había llegado el momento de organizar un gobierno provisional que velase por la seguridad de la provincia a nombre del rey Fernando VII. A esto replicó que existía un gobierno legítimo de la monarquía, representado por el Consejo de Regencia como sustituto de la Junta Central, y que en las actuales circunstancias lo único conducente era esperar nuevas noticias de la península antes de tomar ninguna resolución definitiva. Así que levantó la sesión, diciendo que más tarde se trataría el asunto, y se encaminó a la Iglesia Catedral, era jueves santo. “Al llegar Emparan al atrio de la Iglesia, Francisco Salías le asió por el brazo y le intimó a que volviese a la sala consistorial. A lo que no opuso ninguna resistencia, ni tampoco su guardia, mandada por el capitán Luis Ponte” .
Nuevamente en el Ayuntamiento, el capitán General encuentra otra novedad insólita: la representación de un poder político desconocido hasta entonces en la Colonia. “Cinco personas extrañas al cabildo tomaron allí asiento y voz titulándose diputados del clero, del pueblo y del gremio de pardos: el canónigo José Cortés de Madariaga , el Presbítero Francisco José de Ribas, los doctores Juan Germán Roscio y José Félix Sosa y el tribuno popular José Félix Ribas” .
En esa reunión redactan el acta donde establecen un nuevo gobierno en donde quedaban privados del mando el Gobernador y Capitán General, el intendente del ejército y real hacienda, el subinspector de artillería y el auditor de guerra, así como la real audiencia, y a la vez que suprimían esas instituciones. El Cabildo de Caracas con sus dos alcaldes (Llamozas y Tovar) asumió el poder, incorporando en su seno a los representantes del clero, del pueblo y de los pardos. El mando militar pasaba a Castro y Ayala. El acta fue firmada por todos los asistentes incluso los depuestos. La revolución se llevó a cabo sin derramamiento de sangre.
En esta sesión se celebra la llamada Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, sin embargo, en la voluntad de los venezolanos yace el propósito de encaminar a Venezuela hacia la plena independencia. Fernando VII estaba prisionero, el pueblo venezolano reconocía en el al monarca, sin embargo, declaraban que la nueva Regencia no tenía derecho a exigir sobre Venezuela en nombre de Fernando VII.
El 19 de abril no fue declarada jurídicamente la independencia, pero políticamente se produjo un cambio radical, que conduce a la formación del Congreso Constituyente en marzo de 1811, cuyos objetivos, como lo desarrollaremos más adelante, son la redacción del acta de independencia que se firma el 5 de julio de 1811 y la publicación de la primera Constitución de la República el 21 de diciembre del mismo año.
La felicito, muy completa y pedagógica su exposición.
ResponderEliminarDado lo interesante del tema y su excelente condensación, le agradecería me autorice a publicarlo en el Blog Venezuela de Antaño.
Espero que su repuesta sea positiva.
Gerónimo Alberto Yerena Cabrera
correo: yerena.geronimo@gmail.com